Según cuentan los más
ancianos del lugar, en los años 50 al realizar unas obras en un lugar muy
próximo al castillo de Grimaldo, aparecieron unos esqueletos humanos a los
cuales les faltaba sus cabezas, y por más que excavaron y rebuscaron en los
alrededores no dieron nunca con ellas. ¿Qué les pasó aquellas personas?
Torre del Castillo de Grimaldo (F. Web Dirección General de Turismo) |
Protegiendo la antigua
calzada romana de la Vía de la Plata, se alzaba el majestuoso castillo de
Grimaldo, del cual aún permanece en pie una de su restaurada torres. Antaño
perteneciente a los árabes, fue conquistado por las tropas cristianas en el
siglo XIII, pasando a manos de la familia de caballeros placentinos de los Sánchez
de Grimaldo, leales servidores de los reyes Alfonso X y Sancho IV, quienes les
concedieron el privilegio del derecho de asilo en su fortaleza, fuera de la
justicia, para cualquier persona libre sin importar los delitos cometidos.
Posteriormente ya en el
siglo XIV, fue la familia de los Bermúdez de Trejo, uno de los linajes de mas
alcurnia y poder de la región, quienes rigieron los destinos del Señorío de
Grimaldo, de Las Corchuelas y del castillo de Monfragüe. Hasta que por enlaces
matrimoniales y sucesiones lo hereda don Rodrigo de Calderón, Conde de la
Oliva, I Marqués de Siete iglesias, Comendador de Ocaña en la orden de
Santiago, y protagonista de nuestra historia.
Pero, ¿quién era don
Rodrigo de Calderón?
Rodrigo de Calderón, había
nacido en la ciudad flamenca de Amberes hacia 1576, hijo de Francisco de Calderón
y Aranda, capitán de los Tercios de Flandes, y de María de Aranda y Sandelijn,
su prima hermana.
Retrato de Rodrigo Calderón por Rubens (F.I.) |
A la muerte de su mujer,
Francisco Calderón regresa a su Valladolid natal, acomodando a su hijo Rodrigo
de 15 años, como paje de Francisco Gómez de Sandoval, V marques de Denia, con
quien llega a ser con el tiempo, por su tesón e inteligencia, su hombre de
confianza.
Cuando en 1598 accede al
trono Felipe III, Francisco Gómez de Sandoval que se había ganado el favor y la
confianza del joven monarca, se convierte en el valido de su majestad y más tarde
en Duque de Lerma. Con este ascenso, Calderón pasa desde de sus orígenes
humildes, a ser el favorito del favorito, permitiéndose también la posibilidad
de elegir esposa, la noble extremeña doña Inés de Vargas Carvajal, con la que
se casó en 1601, aportando como dote los señorío de Grimaldo, de Las Corchuelas
y del castillo de Monfragüe.
Desde sus cargos como
secretario de cámara del rey, consejero de estado, embajador, y secretario del
duque de Lerma, va a ir acumulando poder político, títulos y riquezas a la par,
llegando a ser uno de los hombres más poderosos del momento junto a Pedro
Franqueza (conde de Villalonga, Secretario de Estado y de la Inquisición), y el
propio Duque de Lerma, valido del rey.
Retrato del Duque de Lerma por Rubens (F.I.) |
Pero volvamos a nuestra
historia. Estando don Rodrigo de Calderón en su palacio de Valladolid, la
llamada casa de Las Aldabas (en donde había nacido en 1425 el rey Enrique IV), disfrutando
de sus aficiones y placeres, y nada le hacía imaginar las noticias inquietantes
que pronto iba a recibir de su señorío de Grimaldo.
Uno de sus vasallos acaba
de llegar con su caballo exhausto desde tierras extremeñas, solicitando
audiencia.
“Necesito
hablar inmediatamente con mi señor don Rodrigo, tengo información importante
que atañe a su castillo de Grimaldo.”
Tras las protocolarias
presentaciones y ser recibido por una criada, un paje, un ayudante y un secretario,
es llevado por fin ante don Rodrigo.
Atravesando los pasillos
y salas de aquel majestuoso palacio pudo observar atónito, el lujo y la riqueza
que lo inundaban. Revestida de azulejo de tipo talavereño, poseía puertas con
marcos de mármol verde, y el gran salón alargado estaba cubierto con artesonado
de casetones policromados. Decoraciones espectaculares de tapices flamencos,
alfombras de la India, muebles venecianos, vajillas, platería, esculturas y cuadros
flamencos decoraban la mansión, nunca había visto tanto ostentación de riqueza.
La desaparecida Casa de las Aldabas en los años 60, Valladolid (F.I.) |
El despacho de don Rodrigo
tan poco escatimaba en lujos, sentado tras una mesa de jaspes de diferentes
colores con labores de turcos disparando artillería y en medio una piedra de
ágata muy grande, sobre su cabeza destacaba en la pared un inmenso retrato suyo
a caballo realizado por Rubens. El caballero amedrentado comienza a hablar.
“Mi
señor hace unos días llegaron a mis oídos noticias de desapariciones de hombres
y mujeres en vuestros dominios, arrieros, comerciantes, viajeros y algún otro
mendigo. Personas que nunca volvían a aparecer, y que según los rumores, que
hacían circular los propios autores de los hechos como pude saber poco después,
eran obra de brujas o seres monstruosos que al amparo de la noche los devoraban.
Pero había algo extraño en las desapariciones, pues no sólo devoraban a los
hombres y mujeres, si no también sus ropajes, enseres y carros. Y por ello me
puse a investigar…cof cof.” -Comenzó a toser el
caballero.-
“Rápido,
traerle agua.” –Alzó la voz don Rodrigo-
Un secretario que permanecía
en pie al lado de don Rodrigo, se acercó hacia un suntuoso bufete donde además
de unas botellas de vino o de algún tipo de licor, había una jarra cristal
finamente tallada con agua en su interior y unas copas a juego. Alzó la jarra y
con mucho cuidado llenó uno de las copas y se la acercó al invitado.
“Continuad
por favor.”- Volvió a hablar don Rodrigo, cuando
terminó de beber el caballero.
Felipe III por Frans Pourbus el Joven. (F.I.) |
“Disculpadme,
mi señor.- y siguió con su relato.-por donde iba, ah… ya recuerdo. Pues una día me topé con unos
comerciantes que transitaban por vuestras tierras camino de Portugal, me
propuse seguirlos, eso sí, a cierta distancia para no ser visto, y bien armado,
por lo que pudiera suceder. A punto de caer la noche llegaron a vuestro
castillo, y solicitaron hospedaje para comer, descansar, y continuar al alba su
camino. Y bien recibidos fueron, y entrar entraron, que yo mismo con mis
propios ojos los vi. Y hasta que el sol despuntó, en vela estuve vigilante toda
la noche mi señor, y esperé, y esperé, pero los comerciantes jamás volvieron a
salir del castillo.
Intrigado
me acerqué con sigiló y conseguí colarme en el castillo en un descuido de uno
de vuestros mozos de caballos, y desde un rincón escondido tras unas maderas y
pajas, pude observar como en el patio del castillo vuestros sirvientes y
criados se repartían los ropajes y enseres de los comerciantes.”
“¿Cómo
es posible eso? –Interrumpió don Rodrigo.- Y los comerciantes, ¿dónde se hallaban?
Escudo del Castillo de Grimaldo (F. Web Dirección General de Turismo) |
“Mi
señor, -continuó diciendo- esas mismas pregunta me realice yo. Como conocedor de vuestro castillo,
me adentré a hurtadilla en las cocinas, topándome por azar con una de las
cocineras. Saqué mi daga del cinto y raudo me abalancé hacia ella, poniendo una
de mis manos sobre su boca, y la daga alrededor de su cuello. La amenacé para
que no gritara, y le obligue a llévame donde se encontraban los comerciantes. Y
mi sorpresa se convirtió en horror al descubrir donde me había llevado, eran
las cochiqueras, y diciéndome ahí está lo que queda de ellos, pude ver entre
unos enormes cerdos un montón de huesos humanos completamente roídos.”
“¡Dios
mío, qué atrocidad!- Exclamó don Rodrigo entre arcadas.-
“Amenazándola,
la obligué que me contara lo que allí ocurría. Me relató que aprovechando vuestra
su ausencia, mi señor, aquellos vasallos y sirvientes de vuestro castillo, se
dedicaban robar y asesinar a todo aquel viajero, comerciante o mendigo que
atravesando aquellos caminos de la vía de plata, solicita hospedaje. Durante la
cena además de viandas, les ofrecían de beber un según decían era especiado,
pero que en realidad contenía no sé qué brebaje o mejunje que los dormían o los
mataban en otros casos durante la noche. Muertos los viajeros, les despojaban
de sus ropajes, abalorios, joyas y enseres, los descuartizaban y echando sus
miembros como comida a los cerdos se deshacían de ellos. Cuando terminó de
relatarme tan cruentos sucesos, volvía a amenazar a la cocinera con la muerte
si contaba a alguien de mi presencia allí, y de inmediato partí raudo hasta aquí
para contárselo a vuestra merced mi
señor.”
Palacio del Conde de la Oliva en Almendralejo, Badajoz.(F. Lvargas) |
Unos cuentan que tras
escuchar tan estremecedor y sangriento relato, mandó correo urgente a la Santa
Hermandad (el primer cuerpo policial de Europa creado en el año 1476 por los
Reyes Católicos) que entre sus funciones estaba perseguir a los malhechores y
criminales averiguaran los hechos e impartieran justicia.
Y así lo hicieron, varios
de sus oficiales se caracterizaron de pastores trashumantes, y ocultando sus
armas entre los ropajes y enseres, pedirían cobijo en el castillo de Grimaldo. Mientras
tantos otros oficiales aguardarían ocultos cerca del castillo una señal pactada.
Los falsos pastores ya dentro del castillo, comieron y bebieron, o eso parecían
hacer, porque en realidad el vino que les servían, mientras uno distraía a los
sirvientes, el otro lo vertía hábilmente en un recipiente camuflado en hatillo
de pieles ovinas que llevaba consigo. Siguiendo con el ardid trazado pidieron
retirarse a descansar al encontrase un poco mareados y cansados, quizás por el
viaje, como dijeron.
Miembros de la Santa Hermandad (F.I.) |
Cuando estuvieron solos en
la habitación, abrieron la venta, encendieron una vela para avisar a sus compañeros,
sacaron las armas ocultas de sus ropajes y se prepararon para lo peor. Tumbados
sobre el jergón, se hicieron pasar por cadáver y no tardaron mucho en llegar
los sirvientes con cuchillos y hachas en manos para continuar con sus crímenes.
Pero he aquí, que al grito estremecedor en el silencio de la noche de “A mí la Santa Hermandad” se abalanzaron
armas en manos, sobre los desprevenidos y confiados sirvientes, que huyeron despavoridos,
siendo apresados por los demás oficiales de la Santa Hermandad que les
aguardaban.
Como escarmiento a tan
atroces y sangrientos crímenes, la Santa Hermandad les cortó las cabezas y las
colocó en las almenas del castillo como ejemplo de la justicia de su señor.
Otra leyenda cuenta que
fue el propio don Rodrigo de Calderón, Conde de la Oliva, quien puesto en
conocimiento de los robos y asesinatos, mando degollar personalmente a sus sirvientes
colocando sus cabezas en lo alto de sus almenas para escarmiento de maleantes.
La adoración de los Reyes Magos por Rubens, perteneció a Rodrigo Cálderón |
Quizás este suceso fuera
premonitorio para el trágico final que le esperaba a don Rodrigo de Calderón.
Porque aunque fue fundamental en la política de paz de Felipe III, su ascenso
desorbitado molestó a muchos personajes de la corte, que vieron en él un
enemigo temible, en un tiempo en que las intrigas y la corrupción eran
frecuentes en la corte, el representaba la corrupción en sí misma.
Por eso en 1618 Felipe
III ordenó su detención, y su encarcelamiento entre otros, en el Castillo de Montánchez,
donde fue torturado con agua, garrote y cordeles como era costumbre.
Se le acusó de doscientos cuarenta y cuatro
cargos, entre ellos el de participación de varios asesinatos, apropiación
indebida, tráfico de influencia, cohecho, brujería, y otras actividades
ilícitas. Se le desposeyó de todos sus títulos, sus propiedades y bienes fueron
confiscados, entre ellos su formidable y extensa colección de pintura flamenca
e italiana que pasó a formar parte de la colección de Felipe IV.
El 21 de octubre de 1621
don Rodrigo de Calderón, era degollado por delante (a los traidores se les
ejecutaba por detrás) ante los allí presente, en cadalso habilitado para la ocasión
en la Plaza Mayor de Madrid.
Sepulcro de Rodrigo Calderón, convento de PortaCoeli, (F. Tochoa) |
Su cuerpo descansa en la actualidad
olvidado en un arca en un armario, de la sala capitular del Convento, promovido
bajo su mecenazgo, de Nuestra Señora de Portaceli de Valladolid, tan cerca pero
tan lejos del lujoso sepulcro que se hizo construir.
Triste final para uno de
los personajes más relevante, pero a su vez más denostado y perores
comprendidos de la historia española del siglo XVII.
Gracias y hasta la
próxima.
Escrito
por: Jesús Sierra Bolaños
Fuentes
Consultadas:
-“Rodrigo
Calderón: la sombra del valido” Santiago
Martínez Hernández.
-“Castillos,
torres y casas fuertes de la provincia de
Cáceres.” Publio Hurtado.
-“El
político” José Ruiz Martínez “Azorín”
-“El
marqués de Leganés y las artes.” José J. Pérez
Preciado
-“Castillos de Extremadura.” Gervasio Velo y
Nieto
-“Leyendas
extremeñas” José Sendín Blázquez,
-“Las
claves secretas de Rodrigo Calderón” Érika López
Gómez
-“El
proceso de don Rodrigo Calderón” F. Ruiz Martin
-“Ascenso
y caída de Rodrigo Calderón” Antonio Feros
-“Bienes
artísticos de don Rodrigo Calderón.” J.J. Martin
González.
-“Nacimiento,
vida, prisión, y muerte de don Rodrigo
Calderón.” Gerónimo Gascón de Torquemada.
Interesantísimo como siempre. Gracias por compartirlo Jesús.
ResponderEliminarSoy de Grimaldo y la leyenda es tal y como la cuentas,los huesos aparecieron en la calle que hay entre el castillo y la iglesia.En el pueblo siempre se ha contado que fue Don Rodrigo quien ordenó matarlos y colgar las cabezas.
ResponderEliminarMuy interesante como siempre! Yo soy de Montánchez y siempre he oído lo de que Rodrigo Calderón estuvo preso en el castillo, pero no conocía su relación con Grimaldo ni está historia.
ResponderEliminarDe cuando estuvo preso en Montánchez también hay leyendas, como que una noche un trovador se puso a cantar a los pies de la torre para avisarle de lo que preparaban contra él y los guardias no pudieron atraparlo:
[...]
¡Arriba! y abrid los ojos
Que no es tiempo de dormir...
Despertaos, don Rodrigo,
¡Que os quieren hacer morir!
Todos los que hemos sido niños en ese castillo conocemos perfectamente cuál es "la torre de la cárcel" donde probablemente estuvo preso.
Una última cosa... Alguna vez he escuchado que el castillo de Grimaldo había pertenecido a la familia Grimaldi de Mónaco, hay algún parentesco o es simple coincidencia?
Muchas gracias Jose Luis por tu aporte, tomaré nota para próximas leyendas, donde Montanchez está entre ellas.
EliminarA tu pregunta, decirte que no me consta que el Castillo perteneciera a la familia real monagesca,
Mas, según el diccionario heráldico de Endika y Garikoitz de Mogrobejo, los Grimaldi o Grimaldo, provienen de una misma noble familia de la ciudad de Génova (Italia), se dicen que son descendientes de Grimald, hijo de Pipino, Rey de Austrasia, quien les dio la Señoría de Mónaco en el 713.
De la casa de Génova tenemos a Francisco de Grimaldo, natural de Génova, embajador en la corte de Inglaterra, que contrajo matrimonio con Francisca de Cáceres (hija de Bartolomé de Cáceres y de Catalina de Salamanca, Señores de Segovia). Su hijo fue Juan de Grimaldo y Cáceres, natural de Génova, que ingresó en la Orden de Santiago en 1539.
De los primeros descendientes que llegaron a España hallamos a Bernardo Gutiérrez Grimaldo, que tuvo a: Nicolás Bermúdez Grimaldo, Obispo de Plasencia, y a Gonzalo Bermúdez Grimaldo, Señor en 1440 del Castillo de Grimaldo.
Espero haberte ayudado.
los orígenes de don Rodrigo eran todo menos humildes ya que como bien dice su padre, don francisco calderón de aranda, era uno de los imprtantes capitanes de los tercios españoles del duque de alba ,y su madre, doña maria de aranda y sandelin, era hija de Arnaldo de sandelin ,noble flamenco de gran alcurnia fiel a los hasburgo y gobernador de la ciudad de la haya.
ResponderEliminarla historia de Calderon se narra en el libro "Del sitial al cadalso .cronica de un crimen de estado en de Felipe IV" de Manuel Vargas-Zúñiga . editorial belacqua.
Libro" DEL SITIAL AL CADALSO. Crónica de un crimen de Estado en la España de Felipe IV" de Manuel Vargas-Zúñiga y de La Calzada. Editorial Belacqva, .2003
ResponderEliminarManuel Vargas-Zúñiga y de la Calzada ,autor del libro" Del sitial al Cadalso", es descendiente directo de Don Rodrigo de Calderón, ya que es Hijo de Felipe Vargas-Zúñiga y Montero de Espinosa Golfín y Chaves, XIII Conde de Oliva de Plasencia y Señor de Grimaldo , las Corchuelas y del Castillo de Monfragüe
ResponderEliminarComo curiosidad , la momia de Don Rodrigo se conserva incorrupta en el convento de porta coeli de valladolid
ResponderEliminarMuchas gracias por todos tus comentarios y aportes.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerdona David ruano sanchez, pero por error borré tu comentario, el cual era "Muy interesante, Jesús.
EliminarPor avatares de la vida, nací en Grimaldo y ahora, que termino de jubilarme, me dedico a leer todo lo que sobre historia de Extremadura cae en mis manos. ¿Dónde podría adquirir la obra del ex-seminarista de Coria, Don Gervasio Velo y Nieto, "Castillos de Extgremadura", que citas en tus fuentes?. Espero tu ayuda. Graccias"
Perdona de nuevo el despite y el retraso, el libro creo que está descatalogado y quizás de segunda mano en la web lo pudieses adquririr, no obstante en bibliotecas lo puedes echar un ojo bien en sala o en prestamo. Saludos y gracias por leerme
No sé si será verdad , me han contado que también pertenecio a la familia Lancho de Cañaveral
ResponderEliminarSi alguien puede ayudarme sobre las familia Lancho estaría muy agradecida, estoy escribiendo un libro sobre los primeros Lancho en Extremadura
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