La caída de Ícaro porJacob Peter Gowy (F.I.) |
A finales del siglo XII y
principios del XIII, comienza a construirse la catedral de Plasencia (Cáceres)
bajo la advocación de Santa María. Varias siglos después, para adecuarla a la
época, comienza una reforma de la llamada en la actualidad catedral Vieja, y para
realizar la sillería del coro el cabildo de Plasencia decide en el año 1497 contratar
los servicios del maestro tallista Rodrigo Alemán.
Rodrigo Duque, más
conocido por Rodrigo Alemán, es considerado el mejor tallista del siglo XV, por
su ejecución y lo narrativo de sus escenas. Dedicó su actividad artística sobre
todo a la realización de las sillerías de las catedrales de Toledo, Ciudad
Rodrigo, Plasencia y se cree que también que la de Zamora, pero aún hay dudas.
Portada de la catedral Vieja de Plasencia (F. Jesús Castillo) |
Pero la vida y obra de
este maestro entallador, está llena de misterios y lagunas, empezando por su
lugar y fecha de nacimiento. Unos creen que nació en Sigüenza (Guadalajara) en el
año 1470, por una partida de nacimiento hallada en su catedral con el nombre de
Rodrigo Duque, pero otros afirman que sus orígenes familiares eran centroeuropeos
de Brabante, de ahí su sobrenombre, Alemán.
Sea de donde fuere, lo
que si se muestra en sus obras es unas reminiscencias flamencas del maestro del
Hausbuch e Israel Van Meckenem.
La primera gran obra que
ejecutó el maestro Rodrigo Alemán fue la sillería baja de la Catedral de Toledo
entre los años 1489 y 1495. En sus relieves dorsales narra la historia de las
campañas de Granada por los Reyes Católicos, y en sus misericordias (parte
posterior del asiento abatible) representa escenas profanas, literarias, satíricas
o moralizantes.
Dos años más tarde
Rodrigo, ya se encontraba en Plasencia realizando la sillería en manera de
nogal de la catedral, compuesta por 26 sitiales en el coro bajo, y 41 sitiales en
el coro alto, destacando en este coro tres sillas de mayores dimensiones y
distinta ejecución, en el centro la destinada al obispo y los laterales las
reservadas a los Reyes Católicos.
A partir del año 1498,
Rodrigo alternó los trabajos en la catedral de Plasencia con la ejecución de la
también sillería de Ciudad Rodrigo.
Pero fue en la ciudad de
Plasencia donde el maestro Rodrigo Alemán fue encarcelado protagonizando
nuestra leyenda. Del porqué de su arresto, hallamos dos versiones.
Misericordia y pomos por Rodrigo Alemán (F. Museo Nacional) |
Una nos describe a un maestro
Rodrigo Alemán bohemio y derrochador con su hacienda y dineros, gastando
siempre más de lo que podía e ingresaba, o sea, viviendo por encima de sus
posibilidades (os suena un poco ¡Verdad!). Pedía dinero a prestamista y
allegados, poniendo como aval los encargos a realizar, gastándose así el jornal
antes de acabar la obra, y una vez que lo recibía se lo volvía a gastar. Por
ello sus acreedores hartos de no cobrar sus deudas lo denunciaron ante la justicia,
y fueron tantos, que ésta se vio obligada a intervenir mandándolo prender.
Rodrigo, para escapar de las autoridades civiles, se acoge a sagrado en la catedral
de Plasencia, petición que aceptó la iglesia para proteger sus intereses, pues aun
debía terminar la sillería, tardó ocho años en realizarla, recluyéndole en la
torre de las campanas de la catedral, de la que salía únicamente para trabajar
en su obra.
Silla realizada para Plasencia por Rodrigo Alemán |
La otra versión de su
confinamiento, incide en un posible origen judío converso del maestro Rodrigo, que
se reflejaría en la crítica siempre presente en sus obras a la situación de la
iglesia. Así, mientras que en los respaldos de la sillería de Plasencia representa retratos de santos y a los Reyes Católicos, en los brazos de las sillas o en lugares tan relevante
como en las misericordias nos encontramos con escenas indecentes, impúdicas y
anticlericales como clérigos pecando en lujuria, gula o codicia, como la escena
que describe a un franciscano predicando la pobreza mientras oculta los bienes
materiales que atesora.
Fue en estas escenas
satíricas o de censura, donde la Inquisición vio motivos de encarcelamiento, motivos
que se vieron agraviados cuando ante una multitud, Rodrigo enaltecido por su
ego artístico llegó afirmar que aquella sillería de Plasencia “era tan perfecta, que Dios no podía ni
sabría hacerla mejor…” Blasfemia que no podía quedar sin castigo a ojos de
la Santa Inquisición fiel cuidadora de la fe cristiana, que mandó apresarlo de
inmediato. Pero he aquí que el cabildo de la iglesia de Plasencia intervino en
su ayuda (aquí coinciden las versiones), mas por interés que por humanidad; pues
aún quedaba parte de la sillería por ejecutar; y librándole de una probable
muerte en la hoguera, recibe solamente como castigo su reclusión en una de las
torres de la fortaleza.
Detalle de misericordia de Plasencia por Rodrigo Alemán (F.I.) |
Al año de su encerramiento, voluntario o no en
la torre, harto de aquella vida mundana y dirigida que se veía obligado a
llevar, muy lejos del derroche y la opulencia acostumbrada, idea una forma de salir
de su confinamiento e huir.
Rodrigo, hombre ingenioso
y humanista versado en distintas ciencias y artes; también realizó el llamado
Puente Nuevo de Plasencia en época de los Reyes Católicos; todos los días al
amanecer observaba desde su torre como las cigüeñas, aprovechado los vientos
del valle, abandonaban sus nidos surcando el cielo rumbo hacia las dehesas en
busca de su alimento. Y concibió un plan de fuga, saldría de allí cual Dédalo e
Ícaro.
Catedral de Plasencia.Torre de campana, (F. José M. Izquierdo) |
Para llevar a cabo su
plan, solicitó que todas sus comidas fueran siempre a base de aves de todo
tipo: gallinas, pollos, perdices, pavos, codornices…Y que se las sirvieran
enteras, con plumas y todo, que el mismo se encargaría de desplumarlas y
sacarles las vísceras. Aun extrañados, los clérigos aceptaron su petición.
Cuando se las traían,
Rodrigo procedía a estudiar y pesar cada ave, tomando nota de sus
características y peso, después las desplumaba y volvía a pesar por separado el
ave, y las plumas, anotando también los resultados. Rodrigo tenía experiencia
en estos lances, pues estando en Toledo en el año 1496, se le hizo un encargo para
la procesión del Corpus Christi de “ocho
pares de alas (de) ángeles grandes e les puso setenta y tres plumas…” Al
cabo de un tiempo pesando cada ave y cada especie, llegó a la conclusión que “para mantener dos libras de carne eran
necesarias cuatro onzas de plumas…”
Comenzó entonces a
acumular plumas y a llevar una estricta dieta para perder peso, su plan estaba
en marcha. Pronto seria libre.
Paso tiempo hasta que
consiguió reunir las plumas necesarias para mantener su peso en el aire, pero
ese día llegó. Y al amanecer del día siguiente “se pegó todas las plumas con cierto engrudo a los pies, cabeza,
brazos, y a todas las demás partes del cuerpo, dejando hechas dos grandes alas
para llevarlas en las manos cual remos…”
Vista de la catedral de Plasencia (F. Paul Haag) |
Hecho esto, se arrojó
emplumado desde lo más alto de su torre aprovechando el viento de la mañana. Quienes
vieron volar aquel “tal avechucho”
por la ciudad de Plasencia, corrieron asustados por las calles creyendo ver al
demonio anunciador del fin del mundo, otros sin embargo, los más beatos, pusieron
rodilla en tierra y comenzaron a rezar al creer ver un ángel antes sus cabezas.
Pero quiso Dios que
aquella soberbia de Rodrigo de equipararse con él no quedara sin castigo, y
tras recorrer un cuarto de legua, el Dédalo de Plasencia, Rodrigo Alemán, cansado
y exhausto por el esfuerzo del vuelo, se precipitó cayendo sobre la Dehesa de los
Caballos muriendo despedazo, corría el año 1515 de nuestra era.
Más leyendas son, y así
te las he contado. Gracias y hasta la próxima.
Escrito
por: Jesús Sierra Bolaños
Fuentes
Consultadas:
-“Viage de España, en que
se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de saberse que hay en ellas.”
A. Ponz
-“Las sillerías góticas
españolas” Dorothy y Henry Kraus
-“El entallador Rodrigo Alemán:
su origen y su taller.” Dorothee Heim.
-“Las sillerías de coro
del maestro Rodrigo Alemán.” Héctor Luis Arenas.
-“Museo nacional de
escultura”. Manuel Arias Martínez y Luis Luna Moreno.
-“Las Catedrales de
Plasencia (y tallistas del coro).” M. López Sánchez-Mora.
-“Leyendas extremeñas.” José
Sendín Blázquez
-“El señor inquisidor” Julio Caro
Baroja.
Maravillosa historia!
ResponderEliminarMuy bueno Jesús, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarMuchas gracias Ricardo, los comentarios siempre ayudan a seguir investigando y escribiendo en la red. Agradecido
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