Grabado de monja (F.I.) |
En
los años 40 alguien se hace eco en la ciudad de Cáceres de una historia con
tintes fantasmagóricos que cuenta la señora Romualda. La tal Romualda es dueña
de la panadería “Principal” situada en la calle Peña, y según relata a todo
aquel que se le acerca y pregunta, unos por curiosidad y otros por recochineo,
desde que adquirió la panadería por las noches en el patio interior del inmueble se le aparece
el fantasma atormentado de una monja.
Asustada
y de los nervios anda la pobre mujer, tanto que cuando llega la noche y se
tiene que ir a dormir, del miedo que tiene se encierra en su cuarto a cal y
canto, junto a un crucifijo santificado y un orinal. Cuenta la Romualda que el
susodicho espectro de la monja vaga con aire melancólico y por todo el patio hasta llegar al brocal del
pozo donde se sienta y se desvanece al rato.
¿Pero
que había antes de la panadería y cuál es el origen de la aparición?
Nos
tenemos que remontar muchos años antes que la señora Romualda adquiriera el
edificio y lo transformara en panadería. En el año 1801 aquel lugar situado
entre las calles de Peña y la de Los Peces (hoy plaza de Las Canterías), se
edificó e inauguró el llamado Teatro Principal o Teatro de Pedrilla. Este patio
de comedias, fue mandado edificar por el comerciante catalán Ventura Carlés y
Busquet bajo premisa firmada con el ayuntamiento de no haber otro en la ciudad.
Representación Sacramental (F.I.) |
Pero
las primeras obras teatrales que se representaron en la Villa de Cáceres se
remontan al siglo XVI, y eran autos sacramentales que se escenificaban en
tablados situados a las puertas de la Iglesia de Santa María, concretamente la
que daba al Convento de Santa María de Jesús (la actual Palacio de la
Diputación) en las noches del Corpus y de Nuestra Señora de la Asunción.
Posteriormente,
ya en el siglo XVII apareció el primer corral de comedias sito en la calle
Tiendas número 3, donde se interpretaban obras profanas por compañías que eran
traídas y sufragadas por el Concejo. Este corral se trasladó posteriormente al
patio del Hospital de la Piedad (hoy Palacio de la Audiencia), mucho más
grande, en donde por su uso y disfrute el empresario o la compañía tenían que
dar el quinto del dinero generado por las entradas como limosna para el hospital.
Abono del Principal de Publio Hurtado |
Volviendo
al Teatro Principal, el edificio tenía tres plantas entre palcos, plateas y
patio de butacas, y en su escenario actuaron compañías teatrales, de variedades
o zarzuelas. Quizás por aquel tiempo el fantasma de la monja atormentada
merodeaba ya por el patio o por bambalinas, pasando desapercibido entre actores
y comediantes e incluso pudo actuar de figurante en alguna representación. Todo
es posible.
El
Teatro Principal según parece fue construido sobre un antiguo cementerio, que
bien podría
pertenecer al ya mencionado Hospital de la Piedad fundado por testamento en el
año 1612 por el licenciado Gabriel Gutiérrez de Prado donde se cuidaban
enfermos no contagiosos, sin excepción de naturaleza o vecindad, o al
cementerio del Oratorio-Enfermería de San Pedro de Alcántara también del siglo
XVII y próximo al lugar.
Escena teatral, El Fenix 1846 (f.I.) |
Pero
según la leyenda popular, el cementerio pertenecía a un convento de monjas, al
cual no hacía mucho tiempo había entrado como novicia una joven y bella dama
cacereña. Al mes de su noviciado apareció por la Villa de Cáceres un apuesto
caballero, el cual al ver a la joven novicia en sus paseos diarios, se dedicó a
cortejarla y a enamorarla. Pronto la joven novicia le correspondió en sus halagos,
y el caballero le propuso dejar el convento y contraer matrimonio. La familia y
la congregación se opusieron tajantemente a aquella relación, pues por promesa
los padres habían ofrecido que su hija profesara en el convento, además de
haber pagado una suculenta dote que las hermanas no estaban dispuesta a
devolver.
Ante
la negativa de la familia, el caballero le propuso a la joven novicia huir de
la villa al anochecer y desposarse en una pequeña ermita de las afuera. Los
padres enterados de la huida, avisaron a las monjas que recluyeron las salidas
de la novicia al interior del convento y siempre acompañada de una hermana y
por las noches era encerrada bajo llave en su celda.
Pasó
el tiempo y el caballero ante la imposibilidad de verla, desistió de su amor y
marchó hacia tierras más lejanas. La novicia enterada de la marcha del
caballero, cayó en el abatimiento, la tristeza y el desamor, y en uno de sus
paseos por el patio aprovechó el despiste de su cuidadora y acercándose al
brocal del pozo se arrojó a él. Y según cuentan ese es el origen del fantasma
de la atormentada monja, que vaga por el patio hasta la vuelta de su amor.
Estado actual del interior de Teatro Principal (F.I.) |
Desgraciadamente el edificio que albergó al Teatro
Principal de Cáceres está en la actualidad casi derruido y olvidado, nuevamente
siglos de historias se perderán por dejadez de las distintas autoridades que
han gobernado la ciudad a lo largo de los años.
Más
leyendas son, y así te las he contado.
Escrito por: Jesús Sierra Bolaños
Fuentes Consultadas:
-“Cáceres visto por un periodista.” Germán Sellers de Paz
-“Recuerdos cacereños del siglo XIX.” Publio Hurtado
-“Paseo por la eternidad”. Francisco Acedo Fernández
Pereira
-Artículo “Los relatos extraordinarios de Cáceres”.
Antonio Rodríguez González
Maravillosa historia! Enhorabuena!
ResponderEliminarQue bonita historia, pobre monjita. muchos besos Jesus
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