En
la actual Plazuela del Socorro se hallaba desde la época romana la llamada
Puerta de Coria o Puerta del Socorro que daba acceso a la Villa de Cáceres por
el lado norte, y ahí estuvo hasta que en el año 1.879 fue derribada por el
Ayuntamiento a instancia de don Joaquín Muñoz Chaves personaje influyente de la
ciudad.
El
4 de octubre del año 1.879, el citado Joaquín Muñoz Chaves, perteneciente a una
saga de políticos, y que fue decano del Colegio de Abogados, diputado a Cortes
por los distritos de Coria y Alcántara y posteriormente senador del Reino, y que
residía en la calle Tiendas, a la cual se accedía por dicho arco romano,
propuso al Ayuntamiento el derribo de este, porque según consta en su
solicitud:
“…el cual despojado por complemento de todo merito
artístico que aconseje su conservación tiene en sus rincones un depósito de
suciedad incompatible con la buena higiene y limpieza de esta parte de la
población…Y constituye en sus pesadas arquerías un poderoso obstáculo al
ensanche y buen ornato del sitio en que está emplazado.”
El
29 de octubre de 1.879 con el beneplácito de la Comisión de Ornato del Excmo.
Ayuntamiento de Cáceres al frente de la cual estaba José López-Montenegro, y
apoyado por el informe favorable del arquitecto municipal Emilio María Rodríguez,
se acordó el derribo del arco:
“…autorizar
al expresado don Joaquín Muñoz Chaves para que por su cuenta realice dicha
obra, utilizándose de los materiales que produzca.”
De
nada sirvió que la tradición popular proclamara orgullosa que por esa Puerta de
Coria, entraran en el año 1.229 las huestes cristianas de Alfonso IX para la
reconquista de la plaza de Cáceres hasta entonces en poder de los sarracenos
(como ya relaté en “La leyenda de la Princesa Encantada”) y
por eso pasó a llamarse la Puerta del Socorro. Tampoco importó que por
allí entrarán y salieran nobles, villanos, personajes ilustres de la historia
local o reyes de España.
El
16 de de febrero de 1.880, intervino de oficio para su conservación la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando instando al Ayuntamiento cacereño:
“a manifestar cual
era el verdadero estado de un notable arco antiguo de esa capital que por su
mérito era digno de conservarse y que, según ha dicho la prensa, ha sido
demolido contrariamente a lo dispuesto en el Real Decreto de 16 de diciembre de
1.873.”
Pero
ya era demasiado tarde, el arco ya había sido derribado.
El
25 de febrero de 1.880 los ediles cacereños respondían a la Real Academia por
medio del arquitecto municipal Emilio María Rodríguez que trató de justificar
tal tropelía alegando:
“Que ni por la prensa ni por persona alguna entendida se
le haya nunca considerado como de mérito artístico ni científico.”
Y
además añadía una descripción en su informe sin consistencia artística ni
arquitectónica describiendo así la puerta:
“Dos fuertes machones, continuación de la muralla
antigua, le servían de estribos y sin más fajas, ni cornisas, ni adornos, ni
decoración alguna, volteaba un arco de sillería de medio punto y tres metros de
luz, mal labrado, enrasado horizontalmente por la parte superior con fabrica de
ladrillo y mampostería, mal enlucida por ambas caras y coronado por una especie
de hornacina que encerraba una imagen aquí de antiguo venerada.”
Por
esta descripción sabemos que la puerta del Socorro debió ser muy parecida en su
estructura a la también puerta roma del Arco del Cristo, con un arco de medio
punto con dovelas almohadilladas, flanqueada por dos torres defensivas y encima
de la puerta una hornacina consagrada a Nuestra Señora del Socorro, talla
policromada de 30 centímetro que databa del siglo XVII, que fue retirada y
recolocada en 1.940 en otra hornacina en la Casa de los Condes de
Trespalacios.
Recreación de la puerta (Libro Antonio Rubio) |
Incompresiblemente como ocurrió con la Puerta de Mérida,
la Puerta del Socorro fue otros de los monumentos con una gran historia en sus
piedras desaparecidas del panorama arquitectónico de Cáceres por caprichos de
personajes influyentes insensible a la historia y al arte, y con la
permisibilidad municipal. Pero como la historia se repite no serán los últimos monumentos
que se derriben, pero eso lo contaremos otro día.
Gracias y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús
Sierra Bolaños
Bibliografía consultada:
-
Documentos
del Archivo Histórico Municipal.
-
“Cáceres
ciudad histórico artística”. Antonio Rubio Rojas.
-
“Paseo
por la eternidad.” Francisco Acedo
Jesus, aunque no te escriba, sabes que te seguimos cada una de tus historias; que por cierto cada vez son mäs interesantes desde Bilbao un abrazo muy fuerte y sigue así que desde luego está muy bien todo lo que escribes, lo dicho un abrazo.
ResponderEliminar