Convento de Santo Domingo, Cáceres. |
En el año 1.528 se establecen en la Villa de Cáceres la Orden Mendicantes de los Dominicos, contraviniendo nuevamente el fuero latino de Cáceres, como ocurrió con la fundación del Convento de San Francisco.
Su
establecimiento se permitió por ser considerado un bien beneficioso para la
población o porque según creían aquella legislación vigente medieval había
quedado ya obsoleta.
Su
fundación fue a instancia de doña Catalina de Saavedra en 1.524, y la Bula de
Su Santidad y Cédula de S.M., pero con la firmen oposición de la Orden
Franciscana asentada en la Villa, los cuales aludían a dicho Fuero para su
negativa, cuando ellos lo habían ignorado un siglo anterior.
Para
edificar su monasterio los Dominicos además del terreno cedido por doña
Catalina, adquirieron al Concejo un edificio fuera de las murallas donde
antiguamente estuvieron ubicadas las cárceles de la Villa, el cual se hallaba
en un estado bastante ruinoso.
Iglesia de Santo Domingo, Cáceres |
También
ayudó con la construcción de la capilla mayor doña Beatriz de la Cerda, una
mujer envuelta en un halo de misterio e intriga que otro día contaré.
En
el interior del Convento se veneraba a la Virgen del Rosario, antigua patrona
de Cáceres (actualmente es la Virgen de la Montaña) con cofradía desde el año 1.525.
Construyeron
además los Dominicos una hospedería para alojar y dar de comer aquellos que lo
necesitaban. La hospedería estaba situada en un edificio próximo al convento,
en la calle Sancti Spiritus, para lo cual los dominicos tenían que salir del
convento, por la entrada principal que estaba
donde hoy se haya la calle Andrada, atravesar el Rio Verde Alto o el Rio Verde
Bajo que discurría por donde hoy da nombre a la vía, calle de Ríos Verdes,
hasta llegar a la hospedería. Para solventar las molestias que causaba cruzar
todos los días el cauce del rio, sobre todo en las épocas de lluvia cuando este
iba crecido, los monjes Dominicos decidieron levantar en el año 1.597, un
puente elevado que uniera el convento con la hospedería y para ello levantaron
un muro apropiándose del espacio público, lo que provocó la indignación del
pueblo y del Concejo.
Años
antes el Concejo tuvo que salir al socorro del convento para que pudiera seguir
ejerciendo su labor humanitaria, otorgándole en el año 1.536 la cantidad de
1.000 maravedíes en concepto de limosna, ahora esta disputa terminaría con la
intervención del Consejo Real.
Detalle de escudo del Convento de Santo Domingo. |
Las
obras del muro comenzaron con el favor y beneplácito del Corregidor, pero
aquella vía al ser pública necesitaba una licencia expedida por el Consejo
Real, de la cual carecían.
Los
vecinos colindantes al Convento, que solían acceder a sus casas por la puertas
traseras, así como los transeúntes que utilizaban habitualmente esa calle, se
opusieron al cerramiento de la misma, y por ello dirigieron sus protestas al Concejo,
teniendo que intervenir el Procurador del Común, que dispuso que aquella
actuación del corregidor y del Convento perjudicaba a la Villa de Cáceres por
cual presentó el caso a la Justicia. Deliberado el caso, la Justicia dio la
razón al Procurador, y esta sabida la noticia se personó con las autoridades de
la Villa para paralizar las obras.
Cuando
llegaron vieron como los mismos frailes ayudados por algunos aldeanos estaban
levantando el muro y les instaron a que pararan las labores, pero los frailes
hicieron caso omiso. Aparecieron entonces los agentes de la justicia, que con
la ayuda de las autoridades y a instancia del Alcalde Mayor, comenzaron a
retirar y derribar las piedras del muro. El ambiente se fue enturbiando, los
monjes comenzaron a increpar estas acciones, a lo que respondieron los agentes
blandiendo sus espadas, comenzó entonces una lucha desigual, por un lado los
frailes lanzando piedras y palos en manos y por otro los agentes de justicia y
las autoridades con sus armas en ristres.
Aquella
batalla campal y algarabía que se montó escandalizó tanto a la Villa y sus
alrededores, que ante la gravedad de los hechos se tuvo que recurrir al Consejo
Real.
Para
reconciliar a los vecinos y a los frailes, y volver la normalidad a la Villa,
el Procurador del Común propuso al Consejo la construcción de un puente cubierto
para solucionar el problema, al cual accedieron pasados un tiempo.
Puente de la discordia. |
Tras
la desamortización de Mendizábal el convento fue aduana, oficina de rentas y escuela,
hasta que en el año 1.915, los padres franciscanos se hicieron cargo de él,
hasta nuestros tiempos. La Hospedería de Santo Domingo corrió distinta suerte, siendo
en la actualidad una casa privada.
Como
legado de aquella disputa nos queda hoy en día el puente de la discordia, impertérrito
al paso de los años pero despojado de la función para lo que fue construido.
Gracias
y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús Sierra Bolaños
Fuentes:
- “Noticias históricas de Cáceres.” Simón Benito Boxoyo.
- “Cáceres resumen de historia local.” Antonio Rubio.
- “Paseo por la eternidad.” Francisco Acedo.
Magistral!!!
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