El
Palacio de Carvajal esta situado en la Plaza de Santa María, en la esquina de la calle amargura (ya citada en otra
leyenda), fue mandado erigir por Pedro
de Carvajal casado con María de Mayoralgo, entre los siglos XV y XVI, en su
fachada además de su extraordinario balcón esquinado y su torre redonda,
destaca encuadrado en un alfiz, el blasón en relieve de los Carvajal, que en un
principio era en campo de oro una banda de gules (rojo), pero cuando los
Carvajales se asientan en Cáceres la banda de gules ya la traen tornada en
sable (negro) debido a un triste suceso acaecido a miembros de esta familia.
Palacio de Carvajal en Cáceres. |
Estos
hechos transcurren en el siglo XIV durante el reinado de Fernando IV de
Castilla, un monarca con una trayectoria política llena de conjuras,
conspiraciones, asesinatos y venganzas.
Desde hacía mucho tiempo atrás las familias de
los Carvajal y los Benavides habían estado en continuas disputas echando manos a
las armas en numerosas ocasiones. Pero la familia Benavides tenía la simpatía
del monarca, favor que no contaba los Carvajales .En una de estas disputas,
estando el rey en Valladolid se presentaron ante el Pedro de Carvajal y un
miembro de la familia de los Benavides, pidiéndole campo al rey, para que en
justo duelo dirimir sus diferencias, el monarca les dio hora y lugar para dicho
desafío.
“Mi señor mi honor ha sido puesto en duda, y
deseo una satisfacción, por ello os pido lugar para que en justa lid se ha restituido de dichas
ofensas.”- Dijo indignado Pedro de Carvajal.-
“Así se hará, mañana al amanecer deberéis
presentaron para resolver dicha ofensa, en la puerta de Santiago, y que Dios
decida.” -Respondió el rey.-
Y allí al
la mañana siguiente, al despuntar el alba, se presentaron a la salida de dicha
puerta, donde tras un reñido intercambio de espadas, Pedro de Carvajal dio
justa muerte al de Benavides, lo que sintió mucho el rey y agudizó mas su odio
hacia la familia de los Carvajales. Desde entonces dicha puerta pasó a llamarse
la Puerta del Campo, pues los Carvajal eran oriundos de Valencia de Campos
(León).
Patio interior del Palacio de Carvajal, Cáceres. |
Pasó el
tiempo, y estando el rey tratando asuntos en Palencia, una noche a la salida de
una velada en el palacio real es asaltado y asesinado a puñaladas D. Juan Alfonso Benavides, miembro de la
distinguida familia de los Benavides y gran Privado favorito del rey. Nadie vio
a los asesinos, pero las sospechan recayeron en los Carvajales.
No tuvo
el rey tiempo de esclarecer el suceso, pues salió de inmediato con sus huestes
hacia la villa de Alcaudete (Jaén), que en su lucha contra los moros, estaba
siendo sitiada por su hermano el Infante D. Pedro. Pero el rey Fernando IV no había olvidado la
muerte de su Privado, y en su camino hacia Alcaudete, acampa con sus tropas en Martos (Jaén), donde
recibe la noticia del paradero de Pedro y Juan Alfonso de Carvajal, hermanos y caballero
de la Orden de Calatrava, a los cuales atribuía la muerte de Juan Alfonso
Benavides, inducido por la familia de este.
“Mi señor los espías traen noticias del
paradero de los Carvajales, han dado con ellos.” -Dijo unos de los
capitanes del rey acercándose a él.-
“Pues hacerles saber que requiero su
presencia y si se niegan prendedles y
encadenados traedlos ante mí. Partid de inmediato con cuantos hombres necesitéis
y cumplid con la misión que se os ha encomendado.” -Habló el rey.-
“Así se hará mi señor, no os defraudaré.” -Y despidiéndose partió el capitán.-
Grabado decimonónico de Fernando IV (F.I.) |
Y
llegaron los hermanos al campamento de Martos
y fueron conducidos al castillo a presencia del monarca a rendir pleitesía, sin
pensar en lo que allí les esperaba.
“Mi señor he aquí tus súbditos.” -Dijo
Pedro de Carvajal.-
“Prendedles y encadenarlos” -Ordenó el
rey-
“Mi señor, cometéis un error. “ -Habló Juan Alfonso de
Carvajal.-
Rápidamente
soldados armados rodearon a los hermanos Carvajal, sin darles tiempo de echar
mano de sus espadas.
“Mi señor. ¿Cuál es nuestro delito? ¿De qué
se nos acusa?” -Dijo extrañado Pedro de Carvajal.-
“Estáis acusados de matar a traición a Juan
Alfonso Benavides y de conspirar contra la corona de Castilla, y vuestra pena
será la muerte.” -Espetó uno de los asesores del rey.-
“Os equivocáis de personas, nosotros no
tenemos nada que ver en esa muerte, ante Dios os lo juramos.” –Contestó Pedro
de Carvajal-
Pero la venganza ideada por
el monarca para los Carvajales, iba más
allá de la simple muerte por decapitación que tradicionalmente se
ejecutaba, tenía que ser una muerte
ejemplarizante a la altura de un monarca vengativo.
“En el plazo de dos días seréis conducido a lo alto de la Peña de
Martos en donde se ejecutará vuestra sentencia, allí encadenados de pies y
manos seréis arrojados vivos al precipicio, así ha dispuesto nuestro señor Fernando
IV de Castilla.” –Dijo el asesor del rey.-
Los nobles allí presente quedaron
horrorizados ante tan atroz castigo, cruel muerte esperaba a los Carvajales.
“Por favor mi señor, recapacitad, juramos
ante Dios y nuestro honor, que inocentes somos de la muerte de tan noble
vasallo. Os suplicamos y amparamos a tu misericordia.” - Gritaba uno de los
hermanos mientras se los llevaban encadenados y custodiados a las mazmorras. -
Grabado decimonónico de la ejecución de los Carvajal. (F.I.) |
A los dos días fueron conducidos
a lo alto de la Peña de Martos, mucha gente se congregó para ver la sentencia:
aldeanos, soldados, nobles y la comitiva del rey.
Antes de ser arrojados con los
grilletes en pies y manos (en otra de la versiones se dice que fueron arrojados
encerrados en jaulas de hierro), juraron y perjuraron en presencia de todos su
inocencia.
“Inocente somos de tal vil asesinato y ya que la justicia real nos
condena, aunque inocente somos, os emplazamos a vos Fernando IV de Castilla
ante el Tribunal Divino. Así en el plazo de treinta días os presentareis ante
Dios y daréis cuenta de tan injustas muertes.” -Gritó públicamente Pedro de Carvajal y santiguase
después.-
El rey carcajeo ante tan vana
amenaza e impávido gritó: “Arrojadlos”
Tras estas palabras se cumplió la
sentencia y fueron arrojados al precipicio. Los gritos de horror de los presentes
inundaron el valle.
“ Oh, ohhh Dios mio.”
Los cuerpos destrozados y mutilados por los
golpes de las rocas fueron a parar a una explanada, el pueblo afligido,
horrorizado y consternado por tal depravada justicia real, condujeron los destrozados cuerpos de los
hermanos Carvajal hasta la Iglesia de Santa Marta en Martos para que reposaran
en paz por el resto de los siglos.
Vista de la Peña de Martos en Jaén. (F.I.) |
Poco tiempo después en el lugar
donde acabaron los cuerpos despeñados, levantaron como símbolo de compasión una
cruz de piedra que fue llamada la Cruz
del Lloro.
El
rey continuó su marcha hacia el sitio de Alcaudete, pero al poco tiempo, cae enfermo de gravedad
y es trasladado a Jaén para una mejor cura. En su palacio de Jaén parecía que
la cura iba por buen camino. Pero un día cumplido el plazo de un mes desde el ajusticiamiento
de los Carvajales, el 7 de septiembre de 1312, después de comer y beber en abundancia,
y retirarse para su siesta, el rey era encontrado muerto en sus aposentos, ante
el asombro de la corte. El presagio se había cumplido, ahora el rey se hallaba
ante la justicia de Dios, respondiendo por la muerte de los Carvajales. Desde
entonces a Fernando IV se le conoce con el sobrenombre del El Emplazado.
Blasón de los Carvajal, Cáceres |
Y esta es la historia de cómo la
banda en gules (roja) del escudo de los Carvajal, se torno en sable (negra) en
señal de luto permanente.
Más leyendas son y así te las he
contado, gracias y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús Sierra
Bibliografía consultada:
“Crónicas Reales. Crónica de Fernando IV”
“Historia de Valladolid”, Juan
Ortega y Rubio
“Historia de la muy noble y leal ciudad de Valladolid”
Matías Sangrador
Virores.
“Ayuntamiento y familia cacerenses” Publio Hurtado.
“Un romance olvidado de los Carvajales y el Emplazado”
Manuel Urbano Pérez
Maravillosa!!!
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