sábado, 16 de febrero de 2013

Héroes olvidados cacereños: Alonso de Sande y Dávila.


Escudo de la familia de Sande, Cáceres,

             Fueron los habitantes de la Villa de Ceclavín (Cáceres)  a lo largo de la historia muy reconocidos  por su valor, sin ir mas lejos, en la guerra con Portugal  (1640-1668) mantuvieron a su costa tres compañías de infantería y una de caballería formadas por sus propios vecinos que probaron su valía en el ejército del Marqués de los Vélez. Durante esta guerra,  las incursiones de hostigamiento y escaramuzas en tierras portuguesas por parte de estas milicias eran constantes.

En 1655, ocurriría uno de los sucesos más trágicos de esta guerra. Era común que castillos y villas cambiasen de un bando a otro, bien a través de trueque o mediante pactos de rendición con unas condiciones pactadas. Uno de esos pactos se produjo en el Castillo de Salvaterra do Extremo perteneciente al reino de Portugal, cerca de Zarza la Mayor (Cáceres).

           Al encuentro acudió el Alférez Mayor D. Alonso de Sande y Dávila, con un reducido número de efectivos, para no levantar sospechas, compuesto por hombres de la infantería y de la caballería de Ceclavín. Al llegar son invitados al castillo y recibidos por don Antonio Soares da Costa regente del castillo, que según los términos pactados, el  29 de junio entregaría la plaza a cambio de una cantidad de dinero y otras prebendas ofrecidas por el rey de España Felipe IV.

Durante ese tiempo fueron bien cuidados y agasajados los ceclavineros, hasta que llegó el día señalado, festividad de San Pedro, fecha prevista para la llegada del grueso de las tropas españolas para tomar posesión del castillo, pero he aquí que todo es un trampa bien urdida por don Antonio Soares da Costa y el ejercito portugués, que traicionando el pacto y mediante artimañas asesinan a los 23 notables de Ceclavín que había acompañado al Alférez Mayor D. Alonso de Sande y Dávila, todos fueron sacrificados. Pero entre todos ellos, la muerte más atroz estaba reservada al Alférez Mayor D. Alonso de Sande y Dávila, que tras ser capturado es cruelmente torturado, durante horas, llegándole a cortar en su martirio un brazo en vida.

La razón para tan despiadadas torturas no era otro si no que conseguir una información importante por boca del Alférez, una contraseña. 

Antes de partir para el castillo de Salvaterra, el Alférez Mayor D. Alonso de Sande y Dávila y el Duque de San Germán acordaron como eran costumbre por seguridad, una contraseña de medio guante, solo conocida por ellos, para que las tropas españolas entraran en el castillo sin ningún tipo de peligro a una emboscada.

Pieza de artillería del siglo XVII. (F.I.)

Pero D. Alonso de Sande y Dávila, no sucumbió a las torturas inflingidas por el enemigo, y finalmente tras no conseguir la información deseada, fue volado vivo por sus captores con una pieza de artillería, cruel final para tan noble acto de sacrificio de su vida por sus gentes, su patria y su rey.

Al no revelar la contraseña salvó la vida de todo el ejército español al mando del Duque de San Germán. 

Escudo de los Sande despues de 1661.

 En 1661, D. Gerónimo de Sola y Sande recién llegado a Toledo, solicita al rey Felipe IV, como sucesor de su primo el Alférez  Mayor D. Alonso de Sande y Dávila y de su varonía, una ampliación de las armas en su blasón, que es concedido por su majestad por la heroicidad y el valor demostrado con hechos del Alférez Mayor D. Alonso de Sande y Dávila.


Gracias  y hasta la próxima.

Quiero dedicar esta historia a sus lejanos descendientes, entre ellos a mi cuñado Salva Dávila, a mi amigo José de Sande y la Villa de Ceclavín, lugar de nacimiento de mi abuelo Tomás.


Escrito por: Jesús Sierra

Bibliografía Consultada:
-          “Violencia y muerte en La Raya, durante la guerra de restauración de Portugal. “ Juan Antonio Caro del Corral
-          “Expediente de ampliación de armas y timbre, Archivo Municipal de Toledo.” Buenaventura Leblic García.
-          “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar.” P. Pascual Madoz y Sagasti Madoz.

1 comentario:

  1. Los Dávila son gente dura de pelar ;) . Maravillosa historia, gracias una vez más por darnos a conocer la historia cacereña. Gracias por la dedicatoria. ❤

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