Esta historia está recogida
en el testamento en uno de los familiares de la familia Gil, y he aquí mi
visión de los hechos.
D. Pedro I, el cruel.(F.I.) D. Enrique II de Trastámara (F.I.) |
A la muerte del rey don
Alfonso XI, sus hijos el rey D. Pedro I, apodado el cruel y D. Enrique, conde
de Trastámara y futuro Enrique II, intentan ganarse la fidelidad de las villas
en su lucha por el reino. Es el año 1337 de nuestro Señor Jesucristo, en esa
lucha, el alcázar de Cáceres es un enclave importante, por ello el Concejo deciden
bajo acuerdo de ambos monarcas, y por seguridad entregar la Villa de Cáceres en
custodia a dos caballeros de la familia Gil (unos dicen que eran tío y sobrino,
otros que eran hermanos), manteniendo así la neutralidad de la Villa mientras los
monarcas dirimen sus diferencias.
“Por
orden del Concejo de la Villa de Cáceres y bajo el consenso del rey D. Pedro I y
D. Enrique se hace entrega de la Villa de Cáceres a los caballeros aquí
presente de la familia Gil, para que la guarden en custodia junto con sus
habitantes y no la entreguen a nadie a menos que vengan enviados por ambas
partes en conformidad y en paz.”
“Ante Dios mediante que así
se hará, nuestro honor ponemos en ello.” -Juraron los Giles.-
Y así estuvo la Villa
un tiempo, permaneciendo neutral y no rindiendo pleitesía a ningún monarca.
Pero un día, aprovechando,
que el rey D. Pedro I se hallaba en Sevilla tratando asuntos reales, el
cacereño Gómez Tello, influyente noble de la Villa y partidario del rey D.
Pedro, decide partir a su encuentro. Una vez en Sevilla pide ser recibido por
el rey en audiencia, y ganándose su favor, instiga y anima al monarca para que
parta hacia Cáceres y pida a los Giles que le entreguen la Villa. El rey reúne
a sus huestes y parte hacia Cáceres.
Antiguo solar del alcázar, hoy Palacio de las Veletas de Cáceres |
Ya en Cáceres Gómez Tello
se reunió con los Giles que se hallaban en el alcázar almohade que estaría
situado el lo más alto del recinto amurallado, donde se erige ahora la Casa de
las Veletas o Palacio de los Duques de Fernán Núñez. Y así les dijo:
“Por
orden del rey D. Pedro I, que se halla a las puertas, os ruego entreguéis el alcázar
y la Villa, le juréis obediencia como vuestro rey que es y por ello muchas
mercedes se os otorgarán.”
Negáronse los Giles y así se lo hicieron
saber:
“Obligados
bajo juramento estamos a no entregar nuestra Villa, y fielmente lo cumpliremos
aunque nuestras vidas vayan en ello. Caballeros y hombres de palabra y honor
somos. Y así has de decírselo al rey D. Pedro.”
Y de nuevo habló Gómez
Tello: “Advertiros pues debo que mi señor y rey D. Pedro por la fuerza
el alcázar tomará y como castigo por orden real seréis ambos degollados.”
Informado de la negativa de los Giles de
rendir el alcázar, el rey D. Pedro I junto con sus huestes entró en la Villa blandiendo
armas y tomo al asaltó el alcázar, arrasándolo. Una vez conquistado y presos
los Giles, los mandó llamar a su presencia:
“Se
hace saber a todos los habitantes de la Villa, que los Giles, aquí presentes,
serán ajusticiados y degollados por no mostrar pleitesía al rey D. Pedro I y negarse
a entregarle la Villa de Cáceres. Por todo ello son considerados traidores a la
corona y por orden real ejecutados. Cúmplase la voluntad del rey.” -Gritó una voz-
“Que
todo el mundo sepa que fuimos fiel a nuestra palabra como lo denuestran los hechos, y por ello se nos dará vil
muerte. Morimos por nuestro honor. Ahora la justicia de Dios nos espera.”
-Alegó uno de los Giles.-
Y fiel a su palabra, el rey D. Pedro I, en plaza del alcázar mandó degollarlos y cortar sus cabezas como muestra de autoridad real.
En el año1369 d. C., reinando
ya en España el rey D. Enrique II, los descendientes de los Giles en memoria de
limpieza, por su fidelidad, lealtad y nobleza mandaron poner una inscripción en
su sepultura de la Iglesia de San Mateo (bajo armas de los Alcocer) que reza: “Esta es la casa de los Giles”
El alcázar fue
destruido en 1465 por Enrique IV en una nueva guerra de sucesión entre
hermanos, otorgando dicho monarca licencia para utilizar sus piedras y edificar
su casa sobre dicho solar a su fiel amigo Diego Gómez, bajo promesa de mantener
el aljibe árabe y respetando el ancestral derecho de los vecinos a surtirse de
su agua
Más leyendas son y así te las he contado,
gracias y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús Sierra
Autores Consultados: Simón Benito Boxoyo
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Rubio Rojas
Qué buenos escritos haces. En ésta no ha habido amorios :)
ResponderEliminarvaya sinverguenza el gomez tello ese y vaya con pedroI el cruel le hace honor a su nombre, muy buena historia como las demás enhorabuena jesus sigue entregando mas historias pues no pasa un viernes que las busquemos ja ja besos.
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