Emblema de la Orden de Alcántara. (F.I.) |
Nos remontamos al año 1455 de nuestro Señor Jesucristo, el Conde de Oropesa había tomado bajo su servicio a un joven hijodalgo de nombre Gómez de Solís, y estando ambos de visita en la corte de Madrid, acuden a presenciar una lidia de toros en honor a Enrique IV. La mala suerte quiso que uno de los toros saliese muy bravío, y no pudiéndole dar muerte ni la guardia del Rey, cuando se disponía a empitonar a unos soldados que se hallaban cerca del monarca, saltó el cacereño Gómez de Solís), que con su capa atrajo al toro hacia él y sacando su espada (otros dicen que con una lanza) le dio muerte. El rey admirado por su valentía, destreza y habilidad en la lidia, lo llamó a su presencia al rebautizado por el monarca como D. Gómez de Cáceres, y para que le sirviera bien en sucesivas contiendas le ofreció primero el cargo de Mayordomo real y después en 1458, el Maestrazgo de Alcántara vacante en aquel momento (aquí también hay algunas discusiones, otros dicen que se lo solicito él al monarca).
Correr toros. Alfonso X el Sabio, Cantigas de Santa María.(F.I.) |
Durante su mandato fue muy
cuestionado el Maestre por faltar en innumerables ocasiones a su palabra,
acumular poder y fortuna, y por favorecer a sus familiares más allegados. Todo
esto le ocasionó numerosos enemigos que desembocó en una guerra civil en la
Orden de Alcántara, y cuyo detonante, fue el incidente ocurrido entre Maestre
Solís y el Clavero de la orden (lugarteniente del Maestre, cuya misión era
guardar y defender el castillo y el convento mayor de la Orden) Alonso de Monroy, sobrino del anterior
Maestre Gutierre de Sotomayor.
Este hecho sucedió en año 1464,
durante los suntuosos fastos celebrados en honor del enlace matrimonial entre
D. Francisco de Hinojosa, hidalgo de Trujillo, con Juana Solís, hermana del
Maestre Solís, en la Villa de Cáceres. A la boda acudieron la flor y nata de la
nobleza de Cáceres, además de numerosos
caballeros para complacer al Maestre, y entre ellos el Clavero Alonso de
Monroy.
El día antes después del almuerzo,
para amenizar la velada mandó el Maestre que varios caballeros luchasen en
buena lid, pues era costumbre que los caballeros mostraran su habilidad con la
espada en estos eventos. Los allí presentes deseaban ver en acción al Clavero,
pues tenia buena fama ganada de invencible y gran luchador, mas nadie osó
retarle, tan sólo el novio que desde antaño rivalizaba con él, habían sido
vecinos, y la envidia le corroía por su gran fama alcanzada, le rogó que
luchase con él:
“Os pido
señor que crucéis espadas conmigo, y se decida en duelo quien es mejor
guerrero.”
Negase el Clavero diciendo: “Guardad mejor vuestras fuerzas para la
noche de bodas.”
“No hagáis menosprecio a tan solemne oferta,
que diestro es en la lucha mi futuro hermano.” -Insistió el Maestre.-
“Acepto,
luchar contra vos pero a mi manera: yo a una mano en la espada y la otra atada
a la espalda y vos con ambas manos.” –Replicó el Clavero.-
Ofendido el novio, pues si el
Clavero le ganaba de aquella manera humillado sería, respondió: “Con vos no lucharé con semejante ventaja.”
Pero más agraviados quedaron el Maestre y sus hermanos ante
la arrogancia del Clavero, pues su enemistad venía de lejos y por ello
conjugárosle para que aquella afrenta no quedara sin venganza. Y dejaron pasar
el día.
Torre de los Pulpitos (Cáceres). |
Al día siguiente se hallaba la familia Solís en la torre
Nueva o de los Púlpitos, muy cerca de la casa materna del Maestre (sita en lo
que hoy es el jardín del Palacio de Mayoralgo), presenciando los torneos que
amenizaban el enlace en la plaza mayor de Cáceres, cuando se produjo el incidente.
Aprovechando el juego de cañas (juego que se realizaba por
equipos donde cada guerrero iba a caballo, ataviado con una adarga y una caña)
los hermanos del Maestre junto con Francisco de Hinojosa deciden tomar su
venganza y matar al Clavero.
Juego de cañas en la Plaza Mayor de Madrid. Siglo XVII. (F.I.) |
En el primer juego el Clavero a lomos de su corcel, demostró su fortaleza, y fue aclamado por los asistentes, acrecentando aún más el odio de los Solís. En el siguiente juego de cañas, Hinojosa le lanzó dos o tres cañas al Clavero a la cara y en una de ellas casi le revientan un ojo. Viendo el Clavero que la intención de Hinojosa era de matarle durante el juego, en el siguiente envite, el Clavero sintiendo su integridad en peligro, arremetió con violenta fuerza a Hinojosa con tal fortuna que de una lanzada en la cabeza abolla el casco que le protegía, atravesándole e hiriéndole en la cabeza. Por el golpe, al instante cae del caballo yaciendo entierra al parecer muerto a la vista de todos.
En la plaza se oye un tremendo: “¡Oohhhh!”
Entre el alboroto y el tumulto uno de
los hermanos de Gómez de Solís aprovecha la ocasión para gritar: “El Clavero ha dado muerte a Francisco de
Hinojosa, venganza, muera el Clavero, muera.”
De inmediato, los caballeros
saltaron a la arena blandiendo sus espadas al viento, la mayoría para darle
muerte y sólo unos pocos a socorrerle. Con tan escasa ayuda, pero con gran
maestría con la adarga primero y cuando
quebró con en espada enristre, el Clavero, cercado, y con el caballo malherido
fue abatiendo fiero cual león enjaulado, a todo caballero que osaba desafiarle.
Mientras, Hinojosa es recogido y
raudo llevado al interior del palacio. En el trayecto sus ojos se abren y de su
boca palabras salen: “Que ha pasado…”
“Gracias a
Dios que estáis vivo.” –Responde el Maestre.-
Depositado en la cama de una de las
dependencias de la casa es atendido por un galeno: “Dejadme hacer mi trabajo, despejad la habitación.”
“¿Vivirá?.”-Pregunta el
Maestre Gómez de Solís.-
“Es pronto
para saberlo, pero os aseguro que haré todo lo posible para ello.” –Respondió
el galeno, limpiándole la brecha sangrante de la cabeza.-
Volviose el Maestre hacia la plaza. Y viendo que el Clavero aún continuaba en pie, luchando encarnizadamente por su vida, y sabiendo que matarlo cuando Hinojosa vivía y se estaba recuperando, sería mal visto, gritó:
“No le
matéis, prendedle vivo.“
Ante tales palabras, viéndose solo
en la lucha, cercado por gran número de caballeros, y acorralado en las
talanqueras de la plaza, tiró la espada al suelo y dijo:
“Vuestro
soy, me rindo, ante Dios pido justicia.”
En ese instante es apresado con
rabia por los hermanos del Maestre que no habían podido darle muerte, y es
enviado para darle justicia al convento-fortaleza de Alcántara, sede de la
orden (hoy sólo quedan restos del castillo).
Conventual de San Benito tercera y última casa matriz de los caballeros de la Orden Militar de Alcántara. (Foto por Cubero) |
Ya en Alcántara, el Clavero es encerrado en una oscura celda de la prisión, más por poco tiempo. Pues en un descuido de sus carceleros, rompió sus cadenas y dándoles muerte, escapa bajo el auspicio de la noche hacia la Villa de Robledillo (Cáceres). Allí reúne a sus partidarios y toma la fortaleza de Trevejo (Cáceres) que se hallaba mal custodiada por el Comendador de la Orden de San Juan, Fray Diego de Bernal, amigo y servidor del Maestre Gómez de Solís.
Y así, Alonso de Monroy, junto con
ochenta caballeros y algunos peones, comienza una guerra dentro de la Orden de
Alcántara contra el hombre más poderoso que dominaba toda Extremadura, el
Maestre de la Orden, y que terminaría tras muchos años de batallas, con la
muerte de Gómez de Solís en la plaza del castillo de Magacela (Badajoz). Le
sucedió como penúltimo Maestre de la
Orden de Alcántara, Alonso de Monroy, corría el año 1473 de nuestro señor
Jesucristo.
Don Gómez de Solís fue sepultado en el Convento de San
Francisco (Cáceres).
Más leyendas son y así te las he
contado, gracias y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús
Sierra
Fuentes :
- Alonso de Torres y
Tapia, “Crónica General de la Orden de
Alcántara”, Madrid, 1763.
-Vicente Barrantes, “Aparato Bibliográfico
para la Historia de Extremadura”, 1877.
-A. Maldonado, “Hechos del Maestre de Alcántara Don Alonso
de Monroy”
-Publio Hurtado,
“Castillos, Torres y Casas fuertes de la provincia de Cáceres”, 1927.
-Antonio Bueno Flores,
“Cáceres historia escrita en Piedra.”
-Alfonso Domínguez
Vinagre, “El asalto al poder señorial, Hernán Gómez de Solís y la ocupación de Badajoz”.
Madre mía, parece juego de tronos a la extremeña :)
ResponderEliminarBien por el Clavero vaya piara de sinverguenzas siempre los ha habido y los seguirá habiendo, buena historia como las demas. Besazos
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