Retrato de Isabel "La Católica" (F.I.) |
La reina Isabel “La Católica” visitó la villa de Cáceres en dos ocasiones
la primera en 1477 y la segunda en 1479, esta vez acompañada de su esposo,
Fernando “El Católico”, alojándose en ambas ocasiones en el Palacio de los
Golfines de Abajo, situado cerca de la Iglesia de Santa María. Durante su
estancia dejó varias anécdotas que por parte iré relatando.
Palacio de los Golfines de Abajo, Cáceres. |
Era costumbre en
la época que los monarcas antes de entrar en la ciudad debían jurar los fueros y privilegios que regían dichas
villas. Así el 30 de junio de 1477, la reina Dª. Isabel “La Católica”, antes de
entrar en Cáceres por la Puerta Nueva (hoy arco de la Estrella), acompañada del
Cardenal Mendoza y rodeada de su séquito, de los caballeros, escuderos,
oficiales y hombres buenos de Cáceres, juró sobre los Santos Evangelios, conservar
y defender los Fueros, privilegios y libertades de la villa.
Testigo de ello fue el bachiller Hernando de Mogollón, quien,
arrodillado le presentó el misal y le pidió: “Jura defender y acatar los fueros, privilegios, buenos usos y costumbres de
la villa de Cáceres que fueron dados por don Alfonso IX rey de León y de
Galicia.”
Y doña Isabel con su mano derecha en libro sagrado, majestuosamente le
respondió: “Sí, juro, e amén”
Puerta Nueva o Arco de la Estrella, Cáceres. |
El 9 de Julio de 1477, la reina recibe a todas las autoridades de la
villa y según se cuenta mientras le son leídos los capítulos de las ordenanzas
que su alteza les había dado para un buen gobierno de Cáceres, y que fueron
aceptadas bajo juramento por 96 caballeros y escuderos en representación de la
ciudad (la
villa en esos momentos tenía unos 2000 vecinos), y mediante las cuales la Villa pasa a ser de Realengo (Villa o
señorío urbano que pertenece a un rey), y sus Regidores (doce de nombramiento
real y perpetuos); ella permanecía
sentada sobre una piedra y en otra apoyaba sus pies.
En los ratos de ocio, pues estuvo varias semanas en Cáceres, Doña
Isabel paseaba por la villa y sus alrededores. En uno de sus paseos llegó hasta
una huerta en la ribera del Marco, donde se encontró con un humilde labrador
atareado en sus quehaceres diarios, el campesino al verla, sin conocer quién
era, le ofrece como modesto presente una manzana. La reina gratamente
sorprendida ante el gesto desinteresado del buen hombre, le habla:
“Por tu gentil gesto, yo,
Doña Isabel por la gracia de Dios Reina de Castilla, de León, de Toledo, de
Sicilia, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de
los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, Princesa de Aragón, e señora de
Vizcaya e de Molina, te otorgo el favor de pedirme cualquier cosa que desees.”
A lo que el labrador respondió: “Lo
único que deseo es agua para poder regar mi huerto, mi señora.”
Y así se hizo, desde ese momento y en el futuro, la reina le concedió el
privilegio a dichas tierras para ser regadas, cual fuere su destino en el
tiempo, Y dicha disposición se mantiene hasta nuestros días. Y es conocida como
la huerta de la Merced.
Ribera del Marco, Cáceres. |
Otra leyenda cuenta que al ver ondear la Reina Isabel La Católica, el Pendón de la Villa, tan roto y deshilachado, y siendo tan ilustre estandarte la enseña que Alfonso IX había traído en la conquista de Cáceres y que por entonces se había convertido en un estandarte para la Villa, conocido como el de San Jorge en honor al Santo.
Una vez que la
reina estuvo en sus aposentos del Palacio de los Golfines de Abajo, pidió a los
representantes del concejo:
“Hacedme
traer tan solemne emblema, orgullo y fervor de la Villa, que tan deteriorado ha
sido por el uso dado durante siglos.”
Y a una de sus
damas de compañía le dijo: -“traedme
también aguja e hilos”- y ella misma en sus aposentos rodeada de la ilustre
nobleza que le acompañaba, se encargo de remendar y rebordar con sus propias
manos sobre seda carmesí, puntada a puntada, las roturas y desperfectos
que el paso del tiempo había obrado en tan insigne enseña, incorporando a él el castillo, ya que anteriormente sólo tenía el león.
El pendón de seda
natural de 230 por 180 centímetros, y está considerada como la bandera concejil
más antigua de España y la primera en la que aparecen unidos los símbolos de
los dos reinos, el de Castilla y el de León, evidencia histórica de su
unificación.
Pendón de San Jorge |
Otro curioso ordenamiento que
realizan los Reyes Católicos en 1491 es autorizar y regular las casas del pecado (o sea burdeles), para
salvaguardar a las mujeres honesta y evitar que fueran tomadas por lo que no
eran o asaltadas por equivocación. Así a las meretrices se las confinan en
zonas concretas, obligando las a vivir y a trabajar únicamente en mancebías, se
las obliga a vestir de una determinada manera, llevando un distintivo de su
profesión (una toca azafranada o la mantilla corta y encarnada) y
prohibiéndoles el lujo y la ostentación de joyas, pieles, sedas… A demás debían
pasar una revisión médica periódica que era pagada por el municipio.
Y así lo hace constar: "Ha de elegirse lugar conveniente, fuera
de la población, donde menos perjuicio se haga al vecindario, para construir
las casas donde deben habitar las mujeres del pecado..."- haciendo
oficial dichas casas.-
En Cáceres estas casas
se situaron cerca de una de las puertas de la muralla, la de Mérida, en la
calle de las Damas (de ahí su actual nombre, Calle Damas), cerca de la actual
plaza de Santa Clara. Y por algún
curioso se lo pregunta en cuanto a precios de estos servicios, es difícil
conocerlos y dependía mucho si eran guapas o feas, con defectos, ajadas o si
vestían bien.
Cartel de la calle de damas, Cáceres. |
Hasta la próxima leyenda, y gracias por vuestras visitas.
Escrito por : Jesús Sierra
Fuentes:-“Noticias
Históricas de Cáceres”. Simón B. Boxoyo
-“Las Huellas de Isabel La Católica”. Francisco
Acedo,
José Miguel Carrillo, María Dolores García.
-“Resumen de historia local” Antonio Rubio Rojas
Podría pasarme la vida leyendo tus historias...me encantan
ResponderEliminarIsabel, tanto monta, monta tanto...genial!! Quiero más!!! :)))
ResponderEliminarOtra gran historia hijo,sigue asi pues son muy buenas, a ver si tienes suerte, y alguien con autoridad las ve y le interesan que tengas mucha suerte pues te la mereces.
ResponderEliminarJesús, estupendo como siempre.
ResponderEliminarMaría José
Muy interesante.
ResponderEliminarMe encantó lo de "ella permanecía sentada sobre una piedra y en otra apoyaba sus pies", una imagen memorable, exquisita.
Respecto a la anécdota del labrador, la perorata de títulos nobiliarios no condice con las descripciones de "sesuda", "humilde" y "muy medida en sus palabras". Tal vez el hecho sí sucedió pero el diálogo no se dio de esa forma, no sé...
Muchas gracias por el artículo, Jesús, muy interesante.
Gracias por tus comentarios. Seguramente el intercambio de palabras entre el labrador y la reina sería mas sencillo, pero, lamentablemente no se conserva y es una licencia creativa mia para dar si cabe mas solemnidad al hecho. Gracias
ResponderEliminarMe parece perfecto, Jesús. Gracias a vos. Saludos desde Uruguay.
ResponderEliminarAmigo Jesús: Soy Juan de la Cruz, escritor y periodista. Un placer saludarte. Y felicitarte por el contenido de tu blog, que es, francamente interesante. Te escribo por aquí, siquiera sea brevemente, porque no encuentro la vía de tu correo. Verás. Tengo un amplio trabajo para publicar, próximamente, en una revista nacional sobre Cáceres. Y, entre las fotografías que tengo archivadas, encuentro una de la calle Damas, que en su día me facilitó Paco Mangut... Y que, ahora, al remitir el trabajo, he encontrado firmada por tí, y que aparece líneas atrásm, firmada por tí. Por lo que siendo original tuya, lo lógico es que salga con tu nombre. ¿Puede ser? Te reitero mi felicitación por tu blog. Un saludo cordial. Juan de la Cruz
ResponderEliminarBuenos días Juan, ya te escribí en el correo web que encontré en tu web, (ju......gom@yahoo.es) espero que lo recibieras. Un saludo y gracias
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