Calle del postigo, en Cáceres. |
Durante varias semanas siguieron los aullidos, si poder
hallar el origen de tan intrincado asunto. Hasta que una noche la ronda
nocturna, se topa con tres individuos de aspecto sospechosos de ambulando por
las calles. Al darle el alto y registrarlo, descubren que uno de los personajes
porta un curioso aparato con una bocina y manivela que al hacerla girar produce
un sonoro alarido o aullido, que denominaron “aullón”.
Cuesta de Aldana, en Cáceres |
Los personajes sospechosos de ser los autores de los
aullidos fueron:
Manuel Antonio Sanabria, hijo del escribano Esteban Ramón Sanabria. En el momento de su detención, vestía de blanco, con una especie de capa. Según se supo después, era hombre pendenciero, le gustaba el lujo, era vago y mal entretenido en vicios.
Manuel Antonio Sanabria, hijo del escribano Esteban Ramón Sanabria. En el momento de su detención, vestía de blanco, con una especie de capa. Según se supo después, era hombre pendenciero, le gustaba el lujo, era vago y mal entretenido en vicios.
Francisco Ángel Rodríguez, clérigo diacono, vecino de
Cáceres. Iba vestido con capa y medias negras, sombrero redondo y algo picudo
por delante. Es detenido, “por
irreparable conducta y completo en todo género de vicios, excepto de la
embriaguez”.
Y un personaje desconocido que vestía de militar. Vivía en
el cuartel asentado en la ciudad y era jugador, cortejante, rondador y amigo de
desazones y de alterar matrimonios.
Tras su detención, los dos primeros fueron procesados por la Real Audiencia de Extremadura, pero solo Sanabria
fue encarcelado.
Más leyendas son y así te la he contado, gracias y hasta la próxima.
Escrito por: Jesús Sierra
Fuentes: C.C.V. de Cáceres
Los aulllones!!! Jj
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